Estamos en uno de los momentos más importantes de la vida de nuestro club, quizá el que más después de la venta. Nosotros no nos enfrentamos a las personas, no nos enfrentamos al club, nos enfrentamos a los problemas. Por eso, no nos verás denunciando al club, nuestro Valencia CF más que centenario (esto parece que cuesta de entender a ciertas personas interesadas), pero si realizando un seguimiento a la gestión del club, dialogando y poniendo en común posturas y preocupaciones de todos.

El gran ejemplo lo tenemos con el ATE. ¿A quién si no va a perjudicar que no se realice el ATE si no a nuestro club? ¿Cómo puede haber gente que diga defender los colores de nuestro club y desee lo peor para él con la denegación del ATE? Es incomprensible.

Tumbar el ATE no va a perjudicar al mayor accionista, pero si al VCF.

Si después del año 2025 el club no tiene una prórroga para terminar el estadio estará bien claro quién no quiere lo mejor para el Valencia, o es que quizá son destructores del club a lo “que se desmorone todo, que ya lo levantaremos nosotros haciendo negocio”.

La Asociación no se fundó para realizar un acoso selectivo y de desprestigio, no se fundó en amenazas a quien no pensaba igual, ni en la opacidad de un colectivo en el cual no sabes lo que se realiza. La APAVCF se fundó para beneficiar al accionista y al club, para velar desde el respeto y posturas dialogantes lo mejor para todos, trabajando de forma gratuita durante más de 20 años en este cometido sin hacer demagogia y populismo.

Y es que mayores accionistas hemos tenido, lamentablemente, siempre. Por ejemplo, con Manuel Llorente y la Fundación todo era pagar intereses a Bankia (hasta 100 millones sin bajar la deuda), vendiendo jugadores como Villa, Mata, Silva, Jordi Alba, Albiol, etc.

Juan Soler hizo lo mismo, compró las acciones a los que tenían el poder en aquel VCF (sí, esos que utilizaban a la Fundación y vendieron sus acciones a 1000 euros cada una a Juan Soler posteriormente). Juan, el único empresario valenciano que puso de su capital para ser gran accionista fue utilizado por el valencianismo que nunca pone capital, pero sí manipula hasta convencer. Hasta le convencieron de hacer un nuevo estadio que sigue sin terminar. ¿Pero cómo van a venir empresarios valencianos a comprar el club si a Juan Soler lo arruinaron? Y lo arruinaron para volver al club los de siempre y seguir pagando los intereses a Bankia sin terminar el campo, y después van dando lecciones de valencianismo (así es como se gestionó el poder accionarial).

Ahora tenemos a otro mayor accionista al que apoyaba el 95% de la afición mayoritaria, aunque la historia no ha salido como todos pensaban. Ese 5% tenía otros intereses personales y económicos, está claro.

¿Qué solución real le damos a esto? ¿Dónde está el valencianismo de los que no quieren que al VCF se le prorrogue el ATE? ¿Los liberadores que dicen que el club vuelva a los valencianistas? ¿De qué forma? ¿Van a poner ellos dinero o solo denuncias al club?
O como algún jubilado (que cuando ejercía de periolisto era simplemente la correa del poder establecido – ni una crítica real, entonces eran mudos -), hoy van, suponemos que contratados legalmente y cotizando los impuestos pertinentes, a una emisora de radio a comentar en los partidos y a hablar del club repartiendo el carnet del buen valencianista. Éste jubilado que dice que el VCF no vale ni 50 millones. Pues cómpralo, compra el VCF. Reúne el dinero y comprarlo. Pero no… pone ni un euro, solo populismo y demagogia.

El caso es que nos movemos en un terreno lleno de intereses personales y familiares y en algunos casos periodísticos, donde solo sirve el destruir y atacar para sacar dos retweets y cuatro likes y ganar algo en publicidad. Se aprovechan de la situación y de los bandazos sin sentido y rigor que hacen otros para generar un clima bastante desagradable.

Con esto, con este clima y estas acciones, nunca estará la Asociación APAVCF. Siempre estaremos del lado de nuestro club, el VCF, y con los accionistas para que puedan ser parte de los beneficios que repercute el club, como los descuentos en las entradas, los abonos, tener garantizadas las entradas para posibles finales, etc.

Tan difícil es saber diferenciar el club y al mayor accionista o es que no interesa por otros motivos empresariales. La sospecha que corre por las calles de la ciudad tildan a la gran corona de Valencia, que son los terrenos del actual Mestalla. Los mismos de otras formas, quieren esa parte del pastel con el negocio de la construcción, utilizando a las instituciones con amenazas de denuncias de prevaricación a las consejerías de la Generalitat responsables del ATE y el Ayuntamiento. Y utilizan a los movimientos y medios de comunicación para comprar el club a cuatro duros.

Nosotros no garbellamos el agua como otros, solamente intentamos beneficiar al accionista, el que sí puso su capital comprando hasta las 11 acciones, no como otros autoproclamados libertadores vendieron las acciones a 650 euros cada una para quedarse con 1 o 3 acciones y sin abono del VCF, pero sí con su cuenta de twitter para amenazar y difamar. Hoy en día hay que tener mucho cuidado con el uso de la palabra libertad y quién la usa… solo hay que verlo en la política.

La APAVCF siempre estará siempre en el mismo sitio beneficiando al accionista y al club, sin moverse pese a la marea, pues tormentas hemos vivido muchas y aquí estamos.

Garbellar l’aigua será para otros.
Amunt València!
Amunt afició!